Recuerdo una conversación entre mi madre y su hermana menor cuando yo era más niño. Ellas conversaban en la cocina y yo estaba en el altillo haciendo ordenamiento. Decía que hace unos días un par de hermanas bien pícaras que eran sus vecinas de la quinta le habían contado una historia de terror. Ni bien le terminaron de contar el cuento la tía salió corriendo gritando como una loca hasta la calle tapándose los oídos, dijo que por un poco no la agarraba un auto que pasaba.
Yo me aguanté la risa para que no se entere que estaba oyendo todo. jeje.